Huella del pie del bebéEl ajuste inconsciente del niño al paso del tiempo es anterior al desarrollo de su percepción temporal consciente. El niño actúa de forma automática en un marco de espacio y tiempo, aunque sin una consciencia clara de su transcurso.

¿Qué es la percepción temporal?

La percepción temporal es el hito en la maduración infantil producido cuando se pasa de la concepción inconsciente del tiempo a su gestión consciente. Este nivel de representación mental, permite al niño ubicar los sucesos en el pasado o en su futuro, y le proporcionan un horizonte temporal.

Maduración de la percepción temporal

Bebé ante el espejoAntes del nacimiento, los niños poseen biorritmos que los relacionan con un marco temporal. Los niños comienzan con cierta noción instintiva del paso del tiempo.  La percepción temporal, en cuanto a que implica el propio cuerpo, es inseparable de la percepción del espacio.

Cada movimiento corporal se da en un tiempo y ritmo determinado, y la  información del espacio donde transcurre aporta la información sobre el discurrir del tiempo. El niño no percibe la superposición de los fenómenos del presente. Para el joven representan una sucesión, y su consciencia temporal madura cuando asimila que son una unidad. La recién adquirida percepción, posee implicaciones de gran alcance:

Desde el punto de vista perceptivo, el niño adquiere noción temporal de la organización de sucesos, de su orden o intervalos y de su duración. Desde el punto de vista de la psicomotricidad, el niño percibe que sus movimientos poseen una duración, ritmo y coordinación determinada, y es capaz de segmentarlos.

Evolución de la percepción

Antes de los 3 años de edad, el espacio y el tiempo  le resultan al niño subjetivos. Carece de nociones sobre su duración o su secuenciación.

  • Cumplidos los 3 años, el niño gana objetividad y discrimina períodos temporales y su ubicación en un espacio concreto.
  • Con 4 años, el niño reconoce el día y la noche.
  • Con 5 años de edad, el niño reconoce la fase del día en la que se encuentra. Sólo posee nociones sobre el espacio, sin una idea específica sobre él.
  • Con  6 años de edad, el pequeño es consciente del día de la semana.
  • Con 7 años ya distingue cuál es el mes del año en curso.
  • Antes de los 12 años podrá reconocer y gestionar períodos de tiempo de unos 20 minutos de duración.

Estructuración espacio temporal

La estructuración del espacio y el  tiempo consiste en la toma de conciencia por parte de niño de sus movimientos coordinados en un marco espacial en un tiempo determinado. Esta fase requiere, mediante la experiencia, superar 2 fases previas:

  • Percepción del propio cuerpo y de sus movimientos.
  • Adquisición de la orientación en el espacio y el tiempo.

Gracias a la estructuración espacio temporal, los pequeños pueden ajustar las velocidades de sus movimientos, o realizar secuencias con determinados ritmos. Esta nueva toma de  conciencia, más sofisticada, implica un incremento de la complejidad del pensamiento del niño. La estructuración se estratifica en 2 niveles:

  1. La experiencia vivida, que conduce a la orientación de los niños dentro del espacio y el tiempo por medio de la motricidad.
  2. La estructuración del espacio y el tiempo mediante los datos mentales que le proporcionan al pequeño su experiencia

Para conseguir esta gestión de las vivencias, el niño necesita haber desarrollado su inteligencia analítica. Por otro lado, existe retroalimentación, pues la inteligencia se educa mejor gracia al concurso de la estructuración.  La estructuración temporal no es un fenómeno repentino y su maduración cubre las siguientes fases:

  • El niño adquiere una base de su estructuración. Asimila que sus acciones se relaciona con conceptos tales como la duración o la velocidad.
  • El niño asimila que el tiempo existe en el presente, el pasado y el futuro, y descubre la continuidad o la sucesión de acciones.
  • El niño aprende a gestionar de forma progresiva sus movimientos en un entorno espacio temporal. En otras palabras: aprende que las acciones tienen una cadencia determinada, y él es capaz de variar el ritmo de las suyas.
  • Representación mental. El niño puede representar o planificar los movimientos en su mente sin necesidad de ejecutarlos. Es consciente de cuál sería su duración y su ubicación en el espacio.

Maduración de la percepción espacial

La noción de la existencia del espacio, tan ligada a la temporal, se adquiere con más rapidez que la del tiempo. Los niños comienzan con un concepto espacial delimitado por su entrono concreto, como su casa y calles cercanas. Carecen hasta de la noción del nombre de la ciudad en la que viven.

Hasta los 8 años, aproximadamente, no se adquiere la noción del país y el espacio geográfico. La excepción se da en niños que hayan experimentado una mudanza de ciudad o de país, que constituyen experiencias emotivas que aceleran el aprendizaje del concepto. En general, con 8 y 9 años los niños son capaces de leer mapas y comprender la simbología que contienen.