Concepto del racismo infantil

 

  • racismo. m. Exacerbación del sentido racial de un grupo étnico que suele motivar la discriminación o persecución de otro u otros con los que convive
  • raza humana. f. humanidad ( género humano)

Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua

different nationalities

El sentimiento identitario se construye a medida que el niño crece y su personalidad se desarrolla. En el proceso, los jóvenes adquieren un sistema de creencias a través de la información que reciben del mundo que les rodea; así acaban por desarrollar el sentimiento de pertenecer a un grupo social de referencia y adoptan las ideas inherentes del grupo. De ese proceso se desprende que los pequeños no son racistas de forma innata y los prejuicios o creencias supremacistas de una raza respecto a otra se reciben y aprenden desde el exterior. Los niños establecen procesos lógicos a partir de la información recibida y, si contiene prejuicios, el niño incorporara estos mensajes como válidos y se conducirá en la vida tomándolos como premisas.

¿Qué es una raza? Puede definirse como un concepto sociológico donde la pertenencia a un grupo determinado la decide gente inmersa en un sistema social. La identidad racial, nacional e incluso étnica, consta de una interrelación entre factores culturales, históricos, políticos y genéticos. El psicólogo y divulgador Joel Kovel concluye que en el racismo lo que menos importa es la raza, que tal noción es una construcción artificial y no un antecedente del racismo: es el racismo el que ha inventado la raza, y no al revés.

El racismo infantil existe, igual que existen los prejuicios, y tal actitud la determinan factores tan variados como en el caso de los adultos: la educación, la familia, los amigos, los medios de comunicación, e incluso los juegos. El mundo del siglo XXI está más libre de racismo que en otras épocas de la historia humana, sin embargo, aún existen mensajes intolerantes que se pueden transmitir de forma más o menos inconsciente. Las diferencias entre etnias o razas son evidentes, los niños las ven,  pero tal diferenciación sólo se convierte en racista si se etiqueta como la pertenencia a una raza en particular como un valor inferior o superior respecto a las demás.

Un estudio de la Universidad de British Columbia concluyó que entre los 9 y los 12 años de edad  transcurre el periodo crítico en que es más fácil que del niño incorpore a su comportamiento sesgos racistas; si  el joven vive en un ambiente proclive, los prejuicios pueden aparecer antes.

 

Racismo y salud mental

Un informe publicado por la revista Social Science & Medicine, revisó 461 casos de vínculos entre el racismo y la salud de los jóvenes. El estudio concluyó que ser víctima de acoso racista puede causar depresión y ansiedad en los jóvenes; pues existen vínculos entre la discriminación, los trastornos de ansiedad y la baja autoestima en los adolescentes de las minorías. La mayoría de los comportamientos racistas sufridos por esos niños y adolescentes no provenía de un racismo institucional o sistémico, sino que consistía en la discriminación por parte de otras personas.

«La revisión mostró que hay unas relaciones potentes y constantes entre la discriminación racial y una variedad de malos resultados de salud, como una autoestima baja, una reducción de la resiliencia, un aumento en los problemas de conducta y unos niveles más bajos de bienestar«, declaró la investigadora jefe Naomi Priest, de la Universidad de Melbourne, y añade: «Sabemos que los niños que experimentan una mala salud y bienestar son menos propensos a participar en la educación, en el empleo y en otras actividades que les dan un respaldo para llevar unas vidas sanas y productivas, y para participar significativamente en la comunidad«.

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Como identificar a un niño racista   

En los años 40,  los psicólogos afroamericanos Kenneth y Mamie Clark llevaron a cabo un estudio en el que se les entregaba a niños afroamericanos dos muñecas, una  de raza blanca y otra de raza negra, y demostró que ya a esa edad los niños tenían sesgos raciales al considerar que la muñeca blanca era mejor que la negra sólo por su color. El estudio se replicó en distintas épocas y países, y arrojó resultados similares.

A partir de la pubertad, es más probable que el racismo sea patente en los jóvenes, pues su comprensión del mundo es mayor y tienden a categorizar a las personas. Ciertas actitudes evidencian estas creencias, y los adolescentes pueden manifestar desprecio hacia otras razas con expresiones peyorativas o  ideas preconcebidas.

 

El racismo infantil y el hogar

Los niños no nacen con valores racistas, sino que los adquieren del entorno. Entre todas estas fuentes, el hogar del niño, su entorno familiar, representa la mayor influencia en la creación de su sistema de valores. Los padres pueden no enviar mensajes abiertamente racistas, pero quizás sí muestren prejuicios a pequeña escala que van dejando un poso moral en el joven y este puede terminar por incorporarlos a sus creencias como premisas válidas.

 

Actividades para educar en la igualdad

Los niños se desarrollarán como adultos no racistas sólo cuando ellos vivan en una sociedad no racista. Hasta entonces, los adultos han de encaminar a sus hijos en los valores de la tolerancia. Para ello, deben fomentar en él un conocimiento correcto acerca de su propia identidad, la apreciación de la de otros grupoas raciales y sociales, y un entendimiento sobre cómo funciona el racismo y cómo se le combate.

Los padres han de tomar una actitud activa frente al prejuicio. Además de representar para el niño un modelo de tolerancia y respeto, han de invertir tiempo en la educación de los niños mediante lecturas o juegos que fomenten la tolerancia y estar dispuestos a responder sus dudas de forma franca.

hand 1917895Fomentar la empatía con los demás seres humanos. La empatía viene de la palabra griega Emphatos, emoción, pues implica una identificación no tanto racional como emocional.  Consiste en ser sensibles con los demás y que los mismos niños se sientan tenidos en cuenta. Enseñar a los niños a identificar qué sienten los demás y el poder ponerse en el lugar del otro, puede ayudar a disminuir las actitudes discriminatorias. También se puede guiar a los niños para que aprendan a identificar por ellos mismos estereotipos y desarrollen su propio pensamiento crítico ante las mismas.

Fomentar las interacciones con gente de diversos grupos. Los niños que perseveran juntos en la consecución de un objetivo común desarrollan actitudes positivas entre sí. Es el triunfo del espíritu gregario del ser humano, de nuestra habilidad para colaborar, para realizar juntos cosas prodigiosas. Los deportes de equipo, las asociaciones o grupos similares representan oportunidades para que los jóvenes interactúen y se conozcan. Es más fácil odiar lo que se desconoce.
Aunque el racismo parezca un fantasma de totalitarismos y actitudes pretéritas,  y que la sociedad del siglo XXI prácticamente lo ha erradicado mediante una concienciación masiva, todavía en el primer mundo existen personas que sufren discriminación por alguna causa. El racismo no es sólo cosa de adultos, ya que en la población infantil, futuro de la sociedad, también está presente. Por este motivo, debemos prestar atención al racismo infantil, para trabajar desde los cimientos el mundo del mañana y erradicar el racismo de una vez por todas.