actividades-dispraxiaLa dispraxia es un trastorno muy común, que condiciona a nuestro cerebro dificultando tanto planear como coordinar cualquier tipo de movimiento físico. Un niño con dispraxia generalmente presenta problemas de postura y equilibrio.

Existen diferentes actividades para niños con dispraxia así como tratamientos como la terapia ocupacional, que puede ayudar en gran medida ya que divide las habilidades en tareas motoras menos complejas para que el niño pueda poner en práctica diferentes movimientos.

Cómo afecta la dispraxia a los niños

Como ya hemos mencionado, la dispraxia es un trastorno muy común. Realmente es conocida desde hace mucho tiempo sobre todo en niños prematuros o con problemas motores cerebrales, pero desde hace algún tiempo se ha sabido que esas dificultades que se detectaban en aquellos niños a los que se les estaba diagnosticando dispraxia, también se están detectando en niños que no presentan problemas motores cerebrales o que no son prematuros.

Del mismo modo, los estudios y los avances de la ciencia nos han permitido conocer que los niños con trastorno del espectro autista también tienen un riesgo más elevado de padecer dispraxia.

A su vez, cabe mencionar que la dispraxia esta asociada en muchas ocasiones a otros trastornos como la dislexia, la discalculia, los problemas de atención, etc.

ejercicios coordinacion

A grandes rasgos podemos definir la dispraxia como un problema que afecta de forma directa a nuestras habilidades gestuales y motoras. Para poder aprender y realizar un gesto debemos tener unas buenas competencias motoras, un sistema sensorial integrado y una buena planificación del gesto a realizar, que se irá volviendo más eficiente con el aprendizaje y la práctica.

El aprendizaje de un gesto consta de dos fases, una intencional y otra de automatización. Los niños que tienen dispraxia no son capaces de alcanzar la segunda fase, sino que siempre están en la fase intencional, ejerciendo un control voluntario de todo el proceso, lo que termina por fatigarles enormemente.

 

Tipos de dispraxia

El concepto de dispraxia es muy amplio y se puede desgranar para explicar mejor a qué nos referimos cuando hablamos de las diferentes dispraxias, sus tipos y cómo tratarlas. Muchas veces se solapan pero podemos utilizar términos individuales para explicar de forma más precisa cada significado.

Dispraxia gestual

El niño es capaz de tocar y realizar los gestos a nivel global tales como caminar, montar en bicicleta, hacer natación, etc., o gestos finos como coger utensilios, tijeras, peonzas, etc.

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Dispraxia buco facial

El niño no puede imitar o ejecutar un gesto que realicemos con la boca o con la cara. Son niños que se mancharán cuando coman y que no sabrán sonarse la nariz, etc.

Dispraxia constructiva

Presenta incapacidad para conseguir los resultados esperados con todo lo referente a las actividades en las que haya que juntar elementos en tres dimensiones, como los cubos de construcción, etc.

Dispraxia visual espacial

Tanto en niños con problemas de visión como en niños que ven correctamente, la dispraxia visual espacial se refiere a aquellos niños que presentan problemas para poder reproducir las relaciones en el espacio en dos dimensiones, como los puzles, los dibujos, la escritura, colorear, etc.

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Dispraxia oculo motora

Cuando el niño tiene problemas de movimientos oculares, problemas de fijación.

Dispraxia al vestirse

Generalmente viene acompañada de más trastornos. Se caracteriza porque el niño es muy lento vistiéndose y no es capaz de hacerlo correctamente, ajustándose mal la ropa, abrochando mal los botones o los cordones de los zapatos, algo que le supone todo un reto.

 

Tratamiento con terapia ocupacional para la dispraxia

El equilibrio y la coordinación pueden mejorar de forma muy notable con terapias como es el caso de la terapia ocupacional, para ello el terapeuta hace una primera evaluación para poder determinar todos los movimientos que se consideran problemáticos para el niño. De este modo podrá diagnosticar y recomendar el mejor tratamiento para la mejoría del niño.

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Algunos de los principales objetivos de la terapia ocupacional para tratar la dispraxia son los siguientes:

  • Conseguir una mejor autonomía en los gestos comunes del día a día, usando algunas técnicas de aprendizaje concretas.
  • Emprender estrategias diferentes que estén especialmente indicadas en el tratamiento del espacio.
  • Darle mayor valor al niño y al conjunto de la familia.
  • La terapia ocupacional sirve también como guía para poder orientarse en cómo actuar para realizar determinadas cosas. Este rol es muy importante también para la explicación de las actividades y juegos que se realicen en la terapia.

 

Es importante que las sesiones de terapia ocupacional con niños estén basadas en actividades o juegos que les inciten a manipular con las manos, a presionar, a conocer las nociones espaciales, a trabajar la mirada, etc.

Todo el trabajo que se realiza en las sesiones de terapia ocupacional para niños con dispraxia es verbalizado, de tal forma que la información acerca de la terapia y de las actividades que en ella se realizan, les llega por diferentes lugares, por la vista, el oído, … Cuando los trastornos se acumulen, es decir, a la dispraxia se le sume una disgrafía por ejemplo, será necesario que el terapeuta ocupacional añada algún tipo de medio de compensación, para que todo esté al alcance de todos.

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Cómo trabajar con niños con dispraxia

Como ya hemos mencionado, existen algunas actividades específicas para niños con dispraxia que son perfectas para entretenerles, hacerles pasar un buen rato, y ayudarles en su trastorno de dispraxia.

Cómo descartar la dispraxia

Antes de ponernos a realizar terapias con nuestros hijos, primero tendríamos que saber a ciencia cierta que es lo que le sucede. A menudo se confunde con cierta torpeza, ya que los niños con dispraxia tienen dificultades para mantener el equilibrio o para mantener determinadas posturas, pero eso le puede pasar a algunos niños más inquietos y tampoco debemos alarmarnos.

Los síntomas que tienen deben hacernos saltar la alarma antes de que el niño cumpla los tres años son los siguientes:

  • Los bebés pueden ser demasiado irritables, con problemas de alimentación, desarrollo lento, etc.
  • No quiere jugar con bloques de construcción o rompecabezas.
  • Muchos niños evitan realizar actividades de tipo motor como rastrear o rodar sobre si mismos.
  • El desarrollo del lenguaje es más lento.
  • El niño tarda más que sus compañeros en realizar actividades como sentarse, levantarse, arrastrarse, caminar, hablar, etc.
  • Tiene problemas con el control de esfínteres.

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A partir de los tres años el comportamiento motor del niño debe ser completamente normal, por lo que si detectas algo que no te encaja o que ves que el resto de niños de su edad realizan sin ninguna dificultad y el no, es mejor que lo consultes con su pediatra para salir de dudas.

 

Las mejores actividades para niños con dispraxia serán aquellas que se centren en la motricidad de los niños, que trabajen con terapeutas y logopedas especializados en la dispraxia y que les puedan ayudar en el desarrollo de los movimientos que necesitan para su día a día.

No existe medicación para la dispraxia por lo que debemos confiar en el trabajo del terapeuta y en la fuerza de voluntad de nuestro hijo, pero además tendremos que ayudar con nuestro apoyo en casa, para continuar con la terapia y progresar más rápido.