Los juegos para niños con discapacidad auditiva pueden ser los mismos que para los niños oyentes con unas mínimas adaptaciones.

Juguetes y juegos para niños con discapacidad auditiva

Los niños sordos disfrutan de muchos de los mismos juegos que los niños oyentes. La clave radica en hacer una adaptación visual de estas actividades; la mayoría de los juegos de mesa infantiles son más visuales que auditivos. Con la debida supervisión, las actividades al aire libre son tan divertidas para niños sordos como lo son para los niños que oyen correctamente.

Los juegos especialmente diseñados para niños con discapacidad auditiva aportan ventajas adicionales, pues les pueden enseñar el alfabeto, los números y las palabras comunes en el lenguaje de signos que se habla en su país. Los sistemas difieren según el lenguaje de origen. España y Estados Unidos, por ejemplo, usan su propio idioma de signos, basado en la antigua lengua de señas francesa y, por tanto, son inteligibles entre sí, pues tienen muchos signos comunes. Los profesionales sanitarios pueden buscar estos juegos en línea o diseñar sus propias versiones, elaborando cartas, dibujos y tableros de juego con imágenes.

La intervención temprana en los bebés y los niños es fundamental para evitar problemas de comunicación y el lenguaje. Con los niños muy pequeños, se recomiendan juguetes que estimulen sus sentidos con movimiento, luces o vibraciones.

El riesgo de sufrir una lesión auditiva por trauma acústico durante el juego depende de la intensidad y duración de la exposición al ruido. Para minimizar este riesgo, deben evitarse los riesgos asociados a las actividades recreativas, como entornos muy ruidosos o escuchar música alta durante largos períodos de tiempo. Puede usarse protección auditiva personal, o tomarse descansos en la exposición a ruidos fuertes.

Prevención de la discapacidad auditiva infantil

El oído humano es una estructura delicada que puede sufrir daño de diferentes maneras. Las lesiones no siempre son evitables, como en el caso de la otitis, pero pueden prevenirse con un diagnóstico precoz y la intervención médica adecuada.

  • La pérdida de audición neurosensorial puede prevenirse con un adecuado calendario de vacunación de los niños contra enfermedades infecciosas que afectan al oído tales como como el sarampión, la meningitis, la rubéola y las paperas. Otras medidas preventivas son:
  • La inmunización contra la rubéola de las mujeres en edad fértil antes de un posible embarazo
  • Mejora de la atención prenatal con pruebas para la sífilis en mujeres embarazadas.
  • Uso con precaución y con supervisión médica de medicamentos ototóxicos.
  • Aviso rápido al especialista en casos de neonatos con ictericia para el diagnóstico y tratamiento precoces.
  • Protección del niño contra el ruido excesivo, ya sea en el entorno laboral, el hogar o durante el juego. Sonidos de 100 decibelios en adelante pueden causar lesiones auditivas. Si no fuera posible, debe reducirse en lo máximo posible la exposición con una protección personal adecuada.
  • Debes vigilar la situación de los niños con factores de alto riesgo si existe historial de pérdida de audición en la familia. También con bebés nacidos con bajo peso.

Grados de discapacidad auditiva

Existen cuatro niveles de pérdida auditiva. Los niveles 2, 3 y 4 se consideran incapacitantes. Cada nivel implica diferentes tipos de enfoque médico y social. Estos son los siguientes:

  1. Discapacidad ligera. Si la persona es capaz de escuchar y repetir palabras en un tono de voz a la distancia normal de un metro
  2. Discapacidad moderada: Si usted es capaz de escuchar y repetir palabras con una voz alta a un metro de distancia
  3. Discapacidad severa. Si la persona es capaz de escuchar ciertas palabras cuando gritas en el oído
  4. Discapacidad profunda. Si la persona no es capaz de percibir nada.

Programa de detección neonatal

La pérdida permanente de audición es la discapacidad congénita infantil más común. Se dan 1 ó 2 casos por cada mil nacidos y está presente en 4 ó 5 niños de cada mil en la edad de 5 años. La investigación en los últimos años ha demostrado que los servicios de diagnóstico y la intervención temprana que utilizan la última generación de tecnología de prótesis, aumentará en gran medida las oportunidades para el desarrollo normal y la autonomía personal de un niño con un defecto de audición, incluso cuando el déficit es de grado severo o profundo.

Identificar y tratar la pérdida de audición temprana es importante para muchos aspectos. Le aporta al niño la oportunidad de un desarrollo normal del lenguaje y la comunicación. Numerosos estudios demuestran que los niños con discapacidad auditiva detectada de forma temprana (antes de los seis meses), que reciben un tratamiento precoz y una prótesis y rehabilitación adecuadas, presentan buenos resultados en cuanto a riqueza de vocabulario y comprensión lingüística respecto a los niños que se les detectó la discapacidad de forma tardía.

No resulta sencilla la identificación precoz de una pérdida auditiva neonatal. Sin embargo, las nuevas herramientas automatizadas para la detección audiológica (emisiones otoacústicas y potenciales auditivos), junto con los métodos diagnósticos audiológicos, tienen una baja probabilidad de perder la identificación de un niño sordo. Un examen que se utiliza comúnmente en estas circunstancias consiste en una prueba de las emisiones otoacústicas. Esta prueba, indolora, implica la inserción de una pequeña sonda de oído externo. Si es posible, la prueba se llevará a cabo mientras el bebé está durmiendo. La sonda emite sonidos de baja intensidad y es capaz de medir la respuesta del oído correspondiente. Si no hay reacción de emisiones otoacústicas, no significa necesariamente que tu hijo sufra problemas de audición, sino que será necesario realizar más pruebas para investigar las posibles causas.

Tratamiento de la discapacidad auditiva infantil

Una pérdida auditiva significativa puede afectar negativamente en el desarrollo verbal y lingüístico del niño y producir otras consecuencias en la comunicación, en el desarrollo psicológico, escolar y social. La complejidad de la discapacidad relaciones depende del grado y la duración del defecto auditivo, edad de inicio, presencia de patologías asociadas, intervención temprana, características del tratamiento y el tipo de entorno comunicativo y el grado de apoyo del entorno familiar.

Las consecuencias más graves las experimentan los niños más pequeños. La pérdida significativa de audición permanente (mayor que 40 dB), altera o llega a impedir el desarrollo adecuado de la lengua. En consecuencia, pone también en peligro el desarrollo de la capacidad comunicativa, psicológico, educativo y socio laboral.

Pérdida de audición conductiva. Hay muchos tratamientos eficaces para los problemas de conductividad del sonido. Las ayudas se concederán mediante el simple aumento de la intensidad de la estimulación, se puede reparar quirúrgicamente la membrana timpánica o intervenir en los huesecillos del oído, si está dañado, reemplazándolos artificialmente. Incluso en el caso de un tapón de cerumen, la pérdida de audición es reversible y el médico puede simplemente eliminar la obstrucción.

La pérdida auditiva neurosensorial. En los casos en que hay pérdida auditiva neurosensorial y permanente, siguen existiendo opciones de mejora de la capacidad de escuchar y comunicarse. Las soluciones consisten en dispositivos como los audífonos, implantes cocleares, la enseñanza de idiomas de signos, y el indispensable apoyo familiar, educativo y social.

Si la pérdida auditiva es causada por un daño en el oído interno, un audífono puede mejorar la audición mediante la amplificación del sonido percibido. Las unidades modernas resultan pequeñas, discretas, y se puede usar en el interior del oído. Estos dispositivos son capaces de discriminar entre el ruido de fondo (como el tráfico) ruido en el primer plano (como una conversación).