sad child 1759986Experimentar tristeza o decaimiento de vez en cuando es una sensación normal y carece de relación con la distimia. Sólo cuando estos sentimientos empiezan a dirigir la vida diaria y causan deterioro físico y mental, sí podría diagnosticarse depresión o distimia.

Qué es el trastorno distímico infantil

El trastorno distímico consiste en un estado de ánimo crónico  depresivo  e irritable. Afecta a niños y adolescentes; los síntomas, de menor gravedad que en la depresión mayor, comienzan en la infancia y para ser diagnosticados han de persistir al menos durante un año en niños y dos en adultos.

Factores de riesgo del trastorno distímico

Entre los factores de riesgo de la distimia, destacan los factores genéticos y las relaciones familiares anormales; aunque se desconoce el funcionamiento exacto del mecanismo que relaciona los eventos estresantes y  el inicio del trastorno.

  • Los problemas en el seno familiar son frecuentes en los pacientes distímicos, pero todavía se ignora si son el precursor o la consecuencia del trastorno.
  • El trastorno distímico se produce en cerca del 50% de la gente que sufre problemas para dormir, pues la calidad del sueño afecta a la buena salud emocional.
  • Se da cierta relación entre distimia y los problemas hormonales:  el déficit de la hormona tiroidea provoca desequilibrios emocionales en los niños. En cuanto a los adolescentes, la hipersecreción de cortisol, hormona asociada al estrés, puede ser causa de distimia.
  • Cuando una persona, sin importar la edad, sufre depresión, parece que se da un exceso o una inhibición de las señales que controlan el estado de ánimo, que dependen del neurotransmisor llamado serotonina. Los antidepresivos corrigen químicamente los desequilibrios.
  • Unos padres que maltratan física o emocionalmente durante la infancia y la adolescencia pueden provocar baja autoestima y predisponer al niño a la depresión.
  • Las personas depresivas suelen ser más propensas a sufrirla si algún familiar inmediato es depresivo.

child 1235104

El trastorno distímico infantil se da por igual en ambos sexos, mientras que en los adolescentes y adultos las mujeres representan el doble de los afectados. La comorbilidad es frecuente, e incluye trastornos de ansiedad, drogadicción, hiperactividad, enuresis, encopresis o problemas de conducta. La distimia temprana debe encararse como una condición a largo plazo con alto riesgo de recaída. Las estimaciones sobre la duración del trastorno oscilan, según los estudios, entre dos y tres años y medio, con una tasa de recaída de más del 45%.

El trastorno distímico conlleva riesgo de comportamientos suicidas. La concreción del suicidio aumenta durante la adolescencia y es más común en los hombres, mientras que los intentos son más frecuentes en las mujeres. Las conductas comórbidas y la adicción a las drogas incrementan el riesgo, al igual que los antecedentes de abusos físicos o sexuales, o familiares que intentaron o llegaron al suicidio.

suicide 1267709

Síntomas del trastorno distímico

La diagnosis de niños y adolescentes es similar a la del adulto. Consiste en determinar la presencia de un ánimo depresivo crónico durante la mayor parte del día durante un período mínimo de un año en niños y dos en adultos; sin presencia de síntomas de depresión mayor. Si tras el primer año de distimia se suman episodios de depresión mayor, se diagnostica depresión doble. Los trastornos distímicos incluyen al menos dos de los siguiente síntomas:

  • Carencia de autoestima
  • Disminución del apetito
  • Aumento de las ganas de comer
  • Insomnio o hipersomnia
  • Pensamientos negativos
  • Dificultad para concentrarse
  • Indecisión
  • Sentimientos de desesperanza
  • Fatiga habitual
  • Apatía

suicide 1798247

Tratamiento de la distimia

Los pacientes necesitan un tratamiento individualizado con una cuidadosa evaluación de los síntomas, comorbilidades -enfermedades asociadas-, deterioro funcional, factores estresantes familiares, ambiente en la escuela y capacidad de afrontar situaciones amenazantes. Se trata de un plan terapéutico multinivel que incluye, entre otros factores, psicoterapia, terapia familiar y tratamiento farmacológico.

Objetivos

El tratamiento consiste en la remisión de los síntomas depresivos, en especial cuando la distimia surge durante la niñez, con el fin de paliar las secuelas y evitar la aparición de posteriores trastornos del ánimo. La mejoría de los síntomas puede no correr paralela al mejoramiento funcional y, debido a la naturaleza crónica de la enfermedad,  el trastorno distímico necesita terapias a largo plazo.

La evaluación diagnóstica de los niños requiere entrevistar por separado al joven y a los padres. Los niños expondrán sus síntomas internos, mientras que los padres darán cuenta de los problemas de conducta.  

Tratamiento psicológico

La terapia es la única intervención posible si la familia se niega al tratamiento con antidepresivos, o el paciente no responde a la medicación. El tratamiento se basa en modificar la personalidad mal adaptada y mejorar las habilidades conductuales, para enfrentarse mejor a los eventos estresantes vitales. Así se busca la remisión completa de los síntomas y evitar las recaídas.

La respuesta a la terapia la determinan factores como la edad de comienzo del tratamiento, la gravedad la depresión -y la presencia de trastornos comórbidos-, conflictos familiares, exposición a situaciones estresantes, calidad del tratamiento y, sobre todo, la motivación del paciente.

nightmare 1699071

Tratamiento farmacológico

No existen estudios sobre el tratamiento farmacológico en pacientes pediátricos con distimia. En adultos con depresión crónica resultan eficaces los antidepresivos tricíclicos, inhibidores de la monoaminooxidasa e inhibidores de la recaptación de norepinefrina . En pediatría, en general, pueden aplicarse a la distimia los principios del tratamiento farmacológico de la depresión. En estos pacientes, unos pocos ensayos abiertos evaluaron el efecto terapéutico de los inhibidores de la recaptación de serotonina -sertralina, citalopram, fluvoxamina o paroxetina, entre otros-. Estas drogas constituyen la primera elección de tratamiento para niños por su eficacia, facilidad de empleo y perfil de efectos secundarios.

Debe considerarse la farmacoterapia de mantenimiento a largo plazo para quienes presentaron episodios depresivos mayores junto al trastorno distímico, o deterioro funcional persistente.

sadness 1913984

Expectativa para los niños a lo largo de su vida

El trastorno distímico es una enfermedad tratable y, con apoyo profesional, se logran excelentes resultados y los jóvenes retoman el bienestar emocional. Ciertos especialistas recomiendan un psicoterapia inicial de entre 8 y 12 semanas. Para los niños que consiguieron la remisión de los síntomas, se aconsejan sesiones de refuerzo del tratamiento durante un periodo entre 6 y 9 meses. Para los pacientes que no responden, o responden de forma parcial al tratamiento, debe planearse una medicación.

Las intervenciones psicoeducacionales se deben llevar a cabo durante la fase aguda sin importar si el niño recibe psicoterapia o medicación. Los objetivos de las psicoeducacionales son informar al paciente y las personas de su entorno acerca de los síntomas, pronóstico, duración del tratamiento y efectos secundarios de los fármacos; y guiar al pequeño sobre la manera de enfrentar su humor depresivo.

Los objetivos de las intervenciones de sostén son establecer y mantener un acuerdo mutuo, brindar apoyo y mejorar la autoestima. Las psicoterapias demostraron ser intervenciones eficaces para tratar niños y adolescentes con depresión leve a moderada. La terapia conductual cognitiva (CBT) es una intervención de entre 5 y 16 semanas enfocada a los patrones de conducta y las habilidades de manejo afectivo. La terapia interpersonal (IPT) aplicada durante tiempo limitado, ayuda a los pacientes a reconocer los vínculos entre su estado de ánimo y las experiencias actuales. Su eficacia se probó en el tratamiento de adolescentes depresivos y adultos con distimia. La terapia familiar se recomienda por la asociación entre los síntomas de la enfermedad y la disfunción familiar.