El mal de Parkinson es más conocido en las personas adultas, e incluso de avanzada edad. Pero esta enfermedad no afecta a las personas de edad avanzada, sino que el rango de edad en el que más se da es desde los 40 a los 70 años, siendo denominado como precoz en aquellos pacientes de menos de 50 años.

Esta enfermedad rara también se puede presentar en edades más tempranas, en personas jóvenes, de menos de 20 años, lo que nos hace comprender que es un mal que puede afectar a personas de cualquier edad.

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El Parkinson en los niños

Aunque no se conoce el origen de la enfermedad, su aparición se puede relacionar con la genética, pero también con otro tipo de factores que pueden hacer desencadenar la enfermedad de Parkinson.

Los temblores generalmente empiezan en un lado del cuerpo, y poco a poco se van ampliando al resto del cuerpo, es decir, su aparición es gradual, y con el paso del tiempo los síntomas empeoran.

Los síntomas que dan la señal de alarma son por ejemplo las contracciones de forma involuntaria de sus músculos, o trastornos del movimiento como distonías en sus extremidades inferiores.

Pero además hay otros síntomas que pueden aparecer antes de que se desarrolle la enfermedad como:

  • Bradykinesia o movimientos lentos
  • Temblores
  • Rigidez en los músculos

 

Al ser una enfermedad que con el tiempo empeora, y los niños están en su etapa de crecimiento, pueden presentar problemas de equilibrio así como dificultades en el habla. Además suelen ser incapaces de mover los músculos de su cara correctamente.equilibrio

La misma medicación que toman los enfermos de Parkinson adultos, la L-dopa, se puede dar a los niños con este mal, no obstante, este medicamento que se convierte en dopamina al llegar al cerebro es capaz de ayudar a corregir problemas como la rigidez o los movimientos lentos, pero no es tan efectivo en otros problemas como los temblores, el equilibrio o la marcha. Por otro lado, este medicamento es capaz de retrasar la degeneración celular del cerebro.

El mal de Parkinson en los niños puede aparecer además acompañado por otros trastornos como por ejemplo la enfermedad de Huntington, que también es un tipo de enfermedad de las denominadas heredogenerativas, que son aquellas enfermedades derivadas de trastornos que se heredan y provocan la pérdida de células en el cerebro, de forma progresiva y con síntomas degenerativos.

El Parkinson provoca que el 80% de la sustancia negra del cerebro no produzca la dopamina necesaria, al que que provoca que el Parkinson tenga efectos muy marcados sobre el resto del cuerpo, como los temblores o sacudidas, pero también la dificultad para mantener el equilibrio o la incapacidad de moverse con rapidez.

Además, los enfermos de Parkinson tienen problemas para controlar la expresión de su cara y a hablar con claridad, por lo que en ocasiones, la enfermedad les lleva a caer en una depresión.

Al ser una enfermedad degenerativa que progresa, sus síntomas cada vez son más obvios, y mientras en sus inicios, son más leves y afectan solamente a una parte del cuerpo, como suele ser la mano, con el paso del tiempo, esos síntomas se van presentando en otras partes, manifestando los temblores e incluyendo unos rangos de movimiento más limitados.

La conocida bradykinesia o los movimientos lentos, se van desarrollando cada vez más y poco a poco irá apareciendo una incapacidad para caminar o moverse de forma autónoma, sino que necesitarán ayuda para realizar tareas diarias como ir al baño, vestirse, etc. También pueden presentar dificultades en el habla ya que presentarán poco a poco una forma de comunicarse más lenta y monótona.

El Parkinson es una enfermedad que no tiene cura conocida, no obstante, no es una enfermedad mortal.

 

Los ejercicios más adecuados para el Parkinson infantil

El tratamiento para el Parkinson se realiza a través de medicamentos como los que ya hemos nombrado, pero a su vez, existen algunos ejercicios físicos, que con la ayuda de un fisioterapeuta especializado en neurología, los enfermos de Parkinson podrán realizar para intentar al menos controlar los movimientos involuntarios tan característicos.ejerciciosenelagua

No obstante cada enfermo tendrá que adaptarse a unas rutinas diferentes según el estado degenerativo en el que se encuentre.

  • Ejercicios sobre desplazamientos: para que el paciente camine hacia delante, hacia atrás o de lado.
  • Usando una pelota: botar el balón, o lanzar una pelota de tenis para cogerla con la otra mano.
  • Utilizar aros: para lanzarlos al aire y cogerlos con la otra mano, o poniéndolo en el suelo para meter el pie.
  • Ejercicios en los que se usan palos: pasarlos por detrás de la cabeza, llevarlos hacia los pies, …, memorizarlo y repetirlo.

 

Existen muchos ejercicios que se pueden realizar, y por eso lo mejor es contar con la ayuda de un especialista que diagnostique los más adecuados apra cada paciente.