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Educación en valores
Enseñar y educar a nuestros hijos a través de los valores es fundamental para que entiendan el respeto y a darle el valor que merecen determinadas conductas, lo que en definitiva hará que convivan de mejor forma con todos aquellos que le rodean, respetando tanto a los individuos que conviven con ellos como al medio ambiente que les rodea, con los animales y plantas que habiten en el.
Los valores se enseñan, mediante actitudes ejemplares y se aprenden interiorizando experiencias, propias o vividas por los demás.
Juegos para enseñar valores
Los valores se siembran en la infancia y se desarrollan en la persona a medida que va creciendo. Educar en valores permite crear una actitud reflexiva que favorece el aprendizaje de una autonomía responsable, basada en el respeto, la empatía y el autocontrol.
Los valores que un niño debe comprender desde pequeño son la amistad, la tolerancia, el respeto, la solidaridad, la comprensión, la paciencia y todos aquellos que le ayuden a convivir en plena armonía con aquellos que le rodean.
En Akros hemos desarrollado productos que muestran una gran variedad de situaciones que invitan a la reflexión, y permiten crear una actitud crítica que posibilita la educación en valores.
Los niños deben aprender a conocer cuales son los límites de sus amigos, hermanos, padres, etc., para no sobre pasar esos límites ni forzar al resto de personas a hacer lo propio. Debemos enseñarles que esos valores son recíprocos, mostrándoles que si tu respetas, serás respetado, del mismo modo que si tú compartes, los demás compartirán contigo, etc.
Es muy importante que aprendan los valores, y debemos inculcarlo desde muy pequeños, a pesar de la dificultad ya que los niños suelen quitarse los juguetes y no “respetar” los turnos de juegos, etc., pero ahí es donde entramos padres y docentes, para ayudarles a diferenciar lo que es correcto de lo que no lo es.
El refuerzo positivo suele ser una gran herramienta para comprender y asimilar los valores que queremos inculcar a nuestros pequeños, pero sobre todo, debemos hacerles comprender cuales son las consecuencias negativas de sus actos erróneos, para que entiendan por qué no deben comportarse mal cuando lo hacen. Reforzar de forma positiva cuando hagan algo bueno, les ayudará a ver claramente la diferencia entre un buen comportamiento y uno no tan bueno.
Educación en valores para niños
Los niños son esponjas cuyos aprendizajes moldearán al adulto en el que se convertirá. Es muy importante ofrecer herramientas de aprendizaje divertidas que les conviertan en la mejor versión de si mismos. Además los adultos somos un espejo para ellos y tenemos que demostrar con nuestro comportamiento lo que pretendemos de ellos.
Enseñarles a pedir las cosas “por favor” y a “dar las gracias” cuando las reciben, es solo el principio, pero es un buen comienzo. Les enseña a esperar su turno, a respetarlo y a respetar a los demás.
Jugar con otros niños con recursos educativos que les ayuden además a comprender y adquirir determinados conocimientos en valores, será todo un acierto que sentará las bases de su educación.
Juegos para el medioambiente, aprender inteligencia emocional o adquirir una alimentación sana les ayudará a desarrollarse de una manera feliz por lo que es muy importante integrar en sus horas lúdicas la mayor variedad de juegos y actividades que fomenten su desarrollo y aprendizaje.
Los niños tienen que jugar y desarrollar cada vez más sus habilidades. Según les vamos viendo crecer vemos cómo los juguetes que tienen se van quedando atrás y buscan nuevos retos, juegos y juguetes que les supongan un esfuerzo mayor. Este es el síntoma en el que debemos fijarnos para darles el material más adecuado para su aprendizaje en valores.
Akros desarrolla juegos infantiles de alta calidad centrándonos en la variedad de niños y personalidades para cubrir sus necesidades y potenciar sus fortalezas. Confía en una empresa familiar para una de las cosas más importantes, la educación de tu hijo.
Educar en valores: prevenir el racismo
La raza se define como un término, desde el punto de vista de la sociología, donde la pertenencia a un grupo de lo decide la gente de forma subjetiva, desde dentro del sistema social al que pertenece. El sentimiento identitario madura según crece la persona. Los niños comienzan a adquirir su entramado de convicciones y sentido de pertenecer a un grupo mediante la información que asimilan del mundo que les rodea. Si los niños reciben prejuicios entre esa información, los incorporan a su lógica y conducirán su vida adulta.
Según un Informe de la Universidad de British Columbia (Canadá), los jóvenes de edades situadas entre los 9 y los 12 años son más susceptibles de ser influidos e incorporar a su sistema de creencias prejuicios racistas. Una vez entrados en la pubertad, si existe racismo se muestra más evidente. Es la edad de dividir a las personas en categorías, y los jóvenes pueden evidenciar el desprecio hacia personas de otra raza con ideas preconcebidas e insultantes.
Cómo prevenir el racismo en niños
Según la citada investigación, prevenir el racismo en los adultos se consigue a través de la intervención en los jóvenes justo en las edades en que los estereotipos y prejuicios raciales empiezan a conformarse en su interior.
El estudio de la universidad de Vancouver dictamina que la edad de referencia, entre los 9 y 12 años, resultó proclive a disminuir sus actitudes y pensamientos racistas cuando les llegaba información sobre gente de otras razas contribuyendo a la buena marcha de la comunidad. El grupo de control constaba de 369 niños caucásicos y asiáticos con edades comprendidas entre los 5 y los 12 años. Los resultados concluyeron la posibilidad de reducir el racismo en los jóvenes si se les proporciona información positiva sobre las personas desfavorecidas de la sociedad.
Educación en familia
La familia es el elemento aglutinador de la educación y maduración del niño. Además de las interacciones que se forjan en el seno de la misma, también por cómo determinan los padres la clase de formación escolar que recibirá su hijo. La familia implicará al niño en su escala de valores, y a estos se agarrará el niño a la hora de crear sus propias creencias autónomas.
El pequeño incorpora elementos de juicio a su aprendizaje desde bebé. Es importante que el niño comprenda que debe mirar a los demás humanos con respeto y conservar su propia identidad y fortaleza interna sin sentimientos de inferioridad que necesiten de enemigos.
Los niños crecen como hombres tolerantes cuando experimentan esos valores en la sociedad a la que pertenecen. Hasta que llegue esa sociedad a materializarse, la responsabilidad de los adultos consiste en dirigir a los pequeños hacia los valores de la tolerancia a los demás.
Los padres han de mostrarse activos ante los prejuicios y responder con total sinceridad a las cuestiones que les planteen sus pequeños. Representan para el niño su referente sobre la tolerancia, y han de contribuir a la maduración intelectual y moral de sus pequeños mediante pasatiempos, juegos y lecturas fomentadores de la tolerancia.
La tolerancia parte de un correcto autoconocimiento de la identidad propia. Con esa base, pueden apreciarse los demás grupos sociales, y entender el mecanismo de los prejuicios para combatirlos.
Otros valores educativos que debemos inculcar
Pero el racismo no es la única lacra que debemos evitar en la educación de los más pequeños: es importante inculcarles la importancia de la disciplina mediante la aplicación de normas de conviencia, que tengan por objeto ordenar el mundo en el que viven, ayudándoles a comprenderlo mejor.
En ese sentido, en la tienda de Akros podrás encontrar juegos adaptados para que los niños interioricen el uso de los buenos modales, tanto en el colegio como en casa o en su vida diaria, actitudes positivas para enfrentarse a la vida (en ámbitos como la salud, el afecto, la cooperación...), ecología y empatía por lo animales, puntualidad, resolución de conflictos...
En definitiva, en nuestra tienda puedes encontrar todas las herramientas que te ayudarán a educar a tus hijos de la mejor manera posible, para que el día de mañana sean adultos responsables, equilibrados y socialmente adaptados a su entorno.