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Dislexia
La dislexia es un trastorno del aprendizaje que dificulta la adquisición de la lectura y la escritura de manera persistente y significativa. Se presenta sin que haya alteraciones físicas, psíquicas, ni socioculturales que lo justifiquen.
Los juegos para niños con dislexia deben fomentar el aprendizaje de la lectoescritura, trabajar el desarrollo psicolingüístico, permitir aprender las letras desde diferentes sentidos, y proporcionar formas de asociar imágenes a palabras.
Los siguientes juegos ayudarán a los niños con dislexia a trabajar tanto la lectura como la escritura y además les permitirán desarrollar la memoria, la discriminación auditiva y sensorial, la diferenciación entre la derecha y la izquierda, y la orientación espacio-temporal. Recuerda que la elección de los juegos más adecuados dependerá de las características y necesidades concretas de aprendizaje que tenga cada niño.
Los mejores ejercicios para trabajar la dislexia
Los juegos y actividades buscan que el niño consiga asociar las letras con sus sonidos en un entorno lúdico que fomente su motivación. La variación de los juegos evitará que los niños se aburran y mantengan la atención.
Es fundamental estimular la conciencia fonológica de los niños. Su ejercitación se basa en que los niños aprendan a distinguir los diferentes fonemas y sus grafías asociadas en forma de letras y sílabas. Los padres pueden contribuir al refuerzo de la terapia en el hogar jugando en familia con sus hijos. Los juegos más efectivos son aquellos que mejoran el uso del vocabulario, la memoria y la atención.
El niño debe desarrollar amor por la lectura. Los padres pueden fomentar ese entusiasmo mediante cuentos y libros adecuados al nivel de maduración del pequeño. En su gama de juegos educativos, Akros ofrece cuentos con cd de audio para una lectura interactiva. Esta actividad, realizada en familia, en familia refuerza los lazos afectivos y mejora las habilidades del pequeño.
Tratamiento de la dislexia infantil
La inteligencia de un niño disléxico es normal, e incluso brillante si recibe los estímulos apropiados. El pequeño entiende de forma distinta la codificación de la lengua escrita y le cuesta procesar las reglas arbitrarias que unen las letras y sus correspondientes sonidos. Con frecuencia falla su memoria repetitiva y puede necesitar sucesivas explicaciones sobre cómo escribir ciertas palabras. El tratamiento de la dislexia se centra en la discriminación de las grafías y sonidos de las letras.
Cualquier niño disléxico puede desempeñarse con éxito en el aula gracias a una detección temprana y a un tratamiento individualizado. Los niños disléxicos suelen sufrir autoestima baja, porque sienten que son distintos al resto de pequeños. Con independencia de la estrategia trazada para la terapia, el apoyo y la comprensión de los padres es el pilar fundamental para que el niño gane autoestima y seguridad respecto al tratamiento y a sus posibilidades de mejora.
La contención emocional de un hijo disléxico por parte de los padres implica que se sienta apoyados, nunca mimado ni consentido. Los puntos más fuertes del niño deben potenciarse con algún hobby para el desahogo de su frustración. La canalización de la ansiedad conlleva una mejora de la autoimagen del pequeño.