En muchas ocasiones el bajo rendimiento escolar de nuestros hijos o hijas se interpreta como falta de interés, rebeldía, poca implicación por su parte, falta de esfuerzo,  inmadurez o falta de motivación, sin embargo en más casos de los que se cree, suponiendo un 40% de los casos de abandono escolar, el bajo rendimiento académico se debe a trastornos de aprendizaje que dificultan la obtención de resultados óptimos, aunque la motivación del niño o niña sea alta.

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¿Qué son los trastornos del aprendizaje?El bajo rendimiento académico suele ser una consecuncia de los trastornos del aprendizaje

Son un conjunto de trastornos que se manifiestan por dificultades significativas al adquirir y usar las capacidades de escritura, escucha, lectura, razonamiento o cálculo. Para considerar estas dificultades como un trastorno deben interferir de forma significativa la vida personal y el rendimiento académico del niño o niña y además, dicho rendimiento debe ser significativamente inferior al esperado en función de su capacidad intelectual o escolarización.

La discalculia

La discalculia, también conocida como acalculia o síndrome de Gertsman, se caracteriza por una capacidad aritmética significativamente por debajo del nivel esperado para su edad, nivel intelectual y escolarización.

¿Cómo diagnosticarla?

Lo primero es descartar que las dificultades no sean consecuencia de discapacidad intelectual, pobre escolarización, déficits funcionales, auditivos, neurológicos ni otro trastorno.

Las habilidades afectadas son:

  • Habilidades lingüísticas, dada la dificultad para comprender los términos matemáticos, operaciones y descodificación de problemas escritos en símbolos matemáticos.
  • Habilidades perceptivas, como los problemas para reconocer o leer símbolos o signos numéricos o para agrupar objetos.
  • Habilidades atencionales, por ejemplo, reducida capacidad para reproducir correctamente números, cifras, tener en cuenta los signos en las operaciones o recordar los números “llevados” en restas o divisiones.
  • Habilidades matemáticas, reflejado en la dificultad para seguir secuencias de pasos matemáticos, contar objetos o aprender las tablas de multiplicar.
  • Dificultad en manejar las reglas aritméticas o comprender los números.
  • Dificultad para alinear los números o insertar decimales.

¿Qué hacer para ayudar?A través del juego se puede ayudar a los niños con discalculia

  • Debemos mostrarnos muy pacientes con ellos y ellas, es importante repetir los ejercicios hasta que el niño automatice la resolución de los mismos.
  • Presentar los números y conceptos matemáticos  por varios canales, para asegurarnos una mejor integración sensorial. Por ejemplo, ir presentando los números a través del oído, escrito, con figuras que se puedan moldear y tocar. Existen juegos de asociación específicos para discalculia que trabajan en este sentido.
  • Trabajar la lectoescritura para favorecer la comprensión de los enunciados de los ejercicios.
  • Desglosar los ejercicios en todos los pasos posibles.
  • Existen juegos matemáticos que trabajan estas habilidades de una forma lúdica.

 

 

Disgrafía

Este trastorno se caracteriza por tener una habilidad para la escritura por debajo de lo esperado en función de la edad, capacidad intelectual y nivel escolar, afectando además de forma significativa la vida del niño o niña a nivel personal y académico.

¿Cómo se puede diagnósticar? Síntomas.

  • El niño o niña tiene dificultades para la redacción de textos escritos.
  • Suelen cometer frecuentes errores gramaticales no adecuados a su edad, CI y nivel de escolarización.
  • La composición de los textos es inadecuada en cuanto a la conformación de los párrafos, estructura de la narración.
  • La caligrafía suele ser pobre.

¿Qué hacer para ayudar?

El tratamiento de las dificultades de aprendizaje en la expresión escrita, sigue dos líneas principales, una dirigida a la intervención sobre las habilidades no gráficas, es decir, la coordinación del cuerpo, mejora de la coordinación manual, desarrollo de un adecuado esquema corporal y lateralidad; para ello se trabaja desde una perspectiva psicomotriz. En casa podemos trabajarlo a través de juegos de construcciones, puzles con los que trabajaremos la coordinación manual, juegos de identificación y conocimiento del propio esquema corporal o actividades como el baile que favorece la coordinación y el conocimiento del propio esquema corporal .

Las capacidades gráficas hacen referencia a los movimientos necesarios para la realización de trazos y se trabajan a través de ejercicios como el dibujo libre, empezando por dibujos más burdos o simples y terminando con dibujos más complejos y con mayor detalle.

 

 

Dislexia

La dislexia es la dificultad para la correcta lectura a pesar de que el niño ha sido instruido de forma correcta en esta destreza y tiene un nivel intelectual dentro de la normalidad. Además, esta dificultad interfiere de forma significativa en la vida del niño o niña.

¿Cómo identificar la dislexia?

  • La lectura se caracteriza por distorsiones, sustituciones, adiciones u omisiones.Trabajar los fonemos es útil para el tratamiento de la dislexia
  • La lectura es bastante lenta y comete errores en la comprensión.
  • En ocasiones se produce una falta de reconocimiento de las palabras leídas.
  • En fases tempranas existen dificultades para recitar el alfabeto, hacer rimas simples, denominar letras.
  • En fases posteriores pueden aparecer aparecen falsos arranques, inversiones de palabras en las frases o letras dentro de las palabras.
  • Dificultades para recordar lo que han leído o extraer conclusiones de lo leído.

¿Cómo ayudar a un niño o niña con dislexia?

La intervención en la dislexia debe ser multidisciplinar, teniendo que contar al menos  con 4 tipos de intervención:

  • Educación multisensorial: Consiste en presentar al niño las letras a través de diversos sentidos, como la vista, el oído o táctil. Los juegos de asociación de imágenes a palabras podrían servir de ayuda en casa para trabajar este aspecto.
  • Educación psicomotriz: para mejorar el esquema corporal o la lateralidad.
  • Entrenamiento perceptivo-motriz: Mejorar las capacidades visomotoras
  • Desarrollo psicolingüístico: Para intervenir en aquellas áreas de esta dimensión que estén afectadas. Los juegos para el lenguaje que permiten asociar sonidos a palabras escritas, asociar palabras a imágenes, aumentar la expresión verbal del niño o niña o requieren formar palabras a través de letras son muy útiles para trabajar esta dimensión en el hogar o en terapia.
  • Entrenamiento en lectoescritura: para asociar lo leído con lo escrito.

 

 

Cómo se siente un niño con trastornos de aprendizaje

Los problemas de aprendizaje pueden provocar diferentes problemas asociados que van a interferir aún más en la vida de nuestro hijo o hija, por ello es muy importante que se intervenga lo antes posible para así reducir al máximo los problemas emocionales que se puedan producir. Los más frecuentes son:Los trastornos del aprendizaje pueden ocasionar problemas emocionales

Muchos niños o niñas con problemas de aprendizaje suelen ser conscientes de esta dificultad, generándoles emociones negativas debido a la incapacidad. Estas emociones pueden provocar una elevada ansiedad en los niños al anticipar una deficitaria actuación en las tareas escolares con las consecuencias negativas que pueden conllevar. Además, se genera una elevada frustración, ya que por norma general, a no ser que aparezca un elevado sentimiento de indefensión aprendida, son niños y niñas que se esfuerzan mucho por conseguir resultados positivos.

En algunos casos, esta indefensión aprendida, generará la falsa creencia en el niño de que por mucho que se esfuerce nunca va a conseguir aprender la destreza, sintiéndose profundamente incapaz y teniendo la sensación de no poder hacer nada por revertir la situación, lo que puede tener como consecuencia baja autoestima, pobre percepción de autoeficacia e incluso síntomas depresivos.

Por último, las habilidades sociales del niño pueden verse mermadas, debido a que la inseguridad generada sobre su capacidad puede conllevar al retraimiento social, interacciones pobres o ineficaces y en  general, dificultades en las relaciones sociales.

¿Qué hacer si crees que lo tiene tu niño o niña?

Es importante que nosotros como padres y madres cambiemos el foco de atención y si observamos que nuestro hijo o hija tiene un bajo rendimiento académico prestemos atención a la posibilidad de que alguno de estos trastornos puede  estar presente y que no se debe a que no se esfuerza lo suficiente.

Por ello, si creemos que nuestro hijo puede tener dificultades en el aprendizaje es importante que acudamos a un profesional en este área como son los psicólogos o psicopedagogos para que se lleve a cabo una evaluación exhaustiva y se determine cuáles son las causas del bajo rendimiento académico y enfocar la intervención desde las mismas.

En casa, como padres y madres, debemos motivarles a seguir esforzándose y no culpabilizarles por sus resultados. Algunas de las actividades propuestas son adecuadas para realizarlas en el hogar y reforzar la intervención, pero haciéndolo siempre desde una perspectiva lúdica, para que no se convierta en una estimulación aversiva y el niño o niña no se sientan presionados a tener que mejorar. Es importante coordinarse con los educadores para adecuar los recursos escolares al niño o niña.