Existen multitud de enfermedades que pueden afectar en el día a día de nuestros hijos. Y una de ellas es la dispraxia. Esta puede suponer una verdadera desventaja en numerosos ámbitos rutinarios: en casa, en la escuela… Para no poner en riesgo el futuro de los mismos, hay que disponer de la aplicación de dispositivos específicos.

Se trata de un trastorno de la coordinación motora que afecta a un 5% de los niños, y la mayor parte de las consecuencias se denotan en casa o en los colegios. Los niños que la poseen tienden a ser algo torpes, lentos, vagos, en general poco cuidadosos. “Puede afectar sólo a uno o a estos tres ámbitos”, precisa Caroline Huron, investigadora en ciencias cognitivas y madre de un niño dispráxico.

A la hora de estar en casa, los niños dispráxicos pueden golpearse con los marcos de las puertas, tirar objetos, tener dificultades a la hora de ponerse la ropa, de atarse los cordones, de comer sin ensuciarse… Todo tipo de acciones habituales que cualquier niño no tendría dificultades en hacer. Del mismo modo, cuando salen de sus hogares, pueden no sentirse cómodos con algunas actividades de ocio y deporte (puzzles, juegos de construcción y de balón, natación, bicicleta…), tener dificultades para reconocer caras…

¿Qué es la dispraxia infantil?

Causas de la dispraxiaLa dispraxia es una condición cerebral que dificulta planear y coordinar movimientos físicos, en el momento que se quieren realizar. Se tiene dificultad para poder mantener el equilibrio y la postura. Pueden parecer individuos torpes o “fuera de sincronización o sintonía” en relación a su medio ambiente, por lo que choca su visualización en el entorno.

La podemos conocer con otros sobrenombres, como el trastorno del desarrollo de la coordinación, dificultad del aprendizaje motor, dificultad en la planificación motora y apraxia del habla o apraxia verbal. Esta enfermedad puede afectar el desarrollo de las habilidades motoras gruesas como caminar y saltar, a los movimientos de la mano necesarios para escribir con claridad, o a los movimientos de la boca y la lengua necesarios para pronunciar las palabras. Incluso están afectadas las habilidades sociales (comportamiento inmaduro, aunque comúnmente tienen una inteligencia promedio o superior al promedio).

La dispraxia no se cura, pero existen diferentes estrategias que pueden ayudar. Los niños pueden aprender a evitar sus áreas de dificultad y progresar desarrollando sus fortalezas, para mejorar su estado académico y social.

Tipos de dispraxia

Los profesionales podrían dividirla en estas categorías:

  • Dispraxia ideatoria: trastorna ejecutar una secuencia de movimientos como lavarse los dientes y hacer la cama, acciones rutinarias en casa.
  • Dispraxia oromotora: trastorna la coordinación de movimientos musculares necesarios para pronunciar palabras.
  • Dispraxia ideomotora: impide completar con éxito tareas motoras de un paso como peinarse y mover la mano para decir adiós.
  • Dispraxia constructiva: dificulta entender las relaciones espaciales. Dificultad a la hora de copiar formas geométricas o usar bloques de construcción.

Causas y frecuencia

Los investigadores todavía no saben qué es lo que causa la dispraxia. Pero se cree que algunas de ellas son:

  • Factor genético podría tener un rol.
  • Afección en las células nerviosas que envían señales del cerebro a los músculos.
  • Niños que han sido prematuros.
  • Bajo peso al nacer.
  • Niños expuestos al alcohol cuando estaban en el útero.

Pero aun bajo todas estas sospechas, los científicos aun no saben a ciencia cierta cuales son las causas claras de esta enfermedad.

 

¿Cómo detectar la dispraxia en niños? Síntomas.

La dispraxia afecta a algunos niños más severamente que a otros. Estos son algunos síntomas comunes para los diferentes grupos de edades. Algunos o todos estos síntomas podrían estar presentes.

Signos en niños pequeños

  • Se ensucia mucho cuando come, prefiere comer con los dedos en vez de utilizar un tenedor o una cuchara.
  • No puede montar un triciclo ni jugar con una pelota y evita los juguetes de construcción y rompecabezas.
  • Está atrasado en cuanto al control de esfínteres.
  • No habla tan bien como los otros niños de su misma edad.

Signos en los primeros años de primaria

  • Se tropieza con frecuencia con las personas y las cosas.
  • Tarda en desarrollar el dominio de la mano derecha o la izquierda.
  • Se le caen objetos frecuentemente o tiene dificultad para sostenerlos.
  • Tiene dificultad para sostener lápices y para escribir y dibujar y le cuesta trabajo utilizar cremalleras y broches.
  • No puede pronunciar bien las palabras y dificultad para hablar a la velocidad, al volumen y tono apropiado.
  • Tiene problemas para jugar e interactuar con otros niños.

Dispraxia infantilSignos de alerta en escuela media y bachillerato

  • Tiene dificultad con los deportes que incluyen saltar y montar bicicleta.
  • Tiende a caerse y tropezarse, choca con cosas y personas, por torpeza y distracción.
  • Podría hablar continuamente y ser repetitivo.
  • Podría olvidar y perder cosas.
  • Tiene problemas para darse cuenta de las señales no verbales de los otros.

¿Cómo se diagnostica?

Ante todo, algo que le va a poder ayudar a usted y a su hijo es la observación directa, tomando notas de todo lo extraño o de los sucesos aislados que puedan acontecer. Para ser diagnosticado con dispraxia, su hijo tendría que presentar síntomas durante al menos seis meses, una vez observados, deberá ser llevado a un especialista correspondiente.

No hay un examen específico para determinar si su hijo tiene dispraxia. Al principio, habrá que descartar una mala condición neurológica, luego, su hijo podría ser referido a otro profesional que podría ser un terapeuta ocupacional. El especialista necesita encontrar cuatro cosas fundamentales:

  • Retraso en las habilidades motoras en función de la edad del niño.
  • Dificultades interfieren con su rendimiento académico.
  • Estas no se deben a otras condiciones neurológicas, como la parálisis cerebral.
  • Síntomas antes de los 5 años, en casos generales.

¿Cómo un profesional ayudará al niño?

En nuestros tiempos, existen muchas personas que pueden ayudar a su hijos con dispraxia. Algunas de esas personas podrían trabajar en la escuela de su hijo y algunas puede encontrarlas en su comunidad o en línea: ya sean psicólogos o terapeutas ocupacionales.

Terapias y tratamientos para la dispraxia infantil

Existen varias terapias que pueden ayudar. El maestro de su hijo o su médico pueden ayudarlo a encontrar a profesionales capacitados en las siguientes especialidades:

  • Terapia ocupacional: puede ayudar a su hijo a desarrollar las habilidades diarias necesarias para progresar dentro y fuera de la escuela. Acciones de casa, lenguaje, escritura…
  • Terapia del habla: puede determinar las dificultades que su hijo tiene al hablar y sugerir ejercicios de comunicación con  su ambiente y entorno.
  • Entrenamiento perceptivo-motor: diseñado para mejorar las habilidades de lenguaje, visuales, de movimiento, de audición y de comprensión.

detectar dispraxiaDispraxia infantil en el día a día

A día de hoy, toda información es útil para todo el mundo. Y por eso, resulta imprescindible explicar la dispraxia y sus consecuencias al niño y a las personas que lo rodean, de una forma entendible y de buenas maneras. Los padres pueden decirle que tiene un trastorno que le otorga dificultades pero que no cuestiona su inteligencia y que van ayudarle a encontrar soluciones.

Poco a poco, se puede ir solventando los problemas que puedan ir apareciendo. Para que el niño no se frustre debido su dispraxia y se esfuerce inútilmente, hay que encontrar una serie de trucos o medios materiales. El objetivo es hacerle la vida más fácil, dándole y premiándole por su autonomía y valorando lo que le será realmente útil cuando sea mayor: usaremos una vajilla más resistente, zapatos con velcro en vez de cordones, camisetas en vez de camisas…

Dispraxia infantil en la escuela

En el ámbito escolar, también se pueden realizar medidas de mejora del niño. Los padres, profesores y otras personas exteriores deben contribuir a la creación de un “proyecto personalizado de escolarización”. Este permite la adaptación completa del niño al centro, que incluye le introducción de medidas materiales, como ordenadores o de una ayuda humana complementaria.

Por otro lado, podemos mejorar los problemas básicos (la escritura, lectura) de un niño con dispraxia en el colegio. Para simplificar la escritura, el profesor puede proporcionarle fichas resumidas de las lecciones y leerlas en voz alta o hacer dictados… La informática hace más fácil la escritura en un teclado y algunos programas permiten presentar los textos y ejercicios de una manera más legible.

Por todo esto, cuando detectes algún problema, ten paciencia, observa y ponte en contacto de los mejores profesionales, para que puedan mejorar la dispraxia de tus hijos.